Desde hace tiempo he querido crear este blog para poder compartir con todos vosotros mi experiencia culinaria. Llevo casi toda mi vida vinculado al mundo de la hostelería, empezando desde muy joven detrás de una barra de un bar sirviendo chatos de vino. Después de un tiempo trabajando en Palma de Mallorca o en Pals (Girona), como camarero en bares, restaurantes, pubs y discotecas, decidí dedicarme al mundo de la restauración. Desde pequeño me sedujeron los fogones, viendo a mi madre y a mis abuelas trajinando en la cocina, elaborando pan, tortas de aceite, tortas de chicharra, crespillos de garbanzos, crespillos de cañamones, magdalenas, mantecados, galletas, etc. De esta manera, me inculcaron gratuitamente el arte de cocinar, impregnando mi alma de olores, sabores, especies, texturas, secretillos y, sobre todo, el buen hacer a la hora de crear un plato de comida con apenas tres o cuatro ingredientes.
Durante los años que estuve activo profesionalmente fui una esponja (culinariamente hablando), ya que no dispongo de ninguna formación. Por tanto, desde el primer momento, estaba dispuesto a aprender, dejando muchas cosas atrás, como por ejemplo, ver crecer a mi hijo. Trabajé siete u ocho veranos en la costa brava, Platja d´Aro, Tossas de Mar, alternando algunos inviernos en el Pirineo catalán, donde la gastronomía destacaba por su gran variedad y exquisitez.
Un día importante en mi vida fue el día 23 de noviembre del año 1993, donde participé en el concurso mundial en Basilea (Suiza), en el que competían 27 países del mundo, siendo nosotros los primeros españoles. Conseguimos el diploma de honor. Para mi fue todo un espectáculo y, sobre todo, una grandísima experiencia.
Puedo definirme como una persona a la que le gusta mucho la decoración con alimentos, en todas sus vertientes, ya sea en platos de comida caliente, fría o en postres. Además, no se me da mal tallar hortalizas con una puntilla y con un poco de colorante alimenticio para poder dar color, si fuera necesario. Asimismo también me relaja coger una patata y hacer una rosa, un clavel o un tulipán donde, donde a la misma vez que lo voy haciendo, hablo en silencio diciéndome a mi mismo lo bien que se me está quedando. Cuando cocino siempre intento hacerlo con el corazón, ya que si lo haces de esta manera, podrás obtener mejores resultados.
Bueno no me quiero extenderme mucho más, ya que no pretendo descubrir nada porque ya está todo inventado. Pero si me gustaría compartir con todos vosotros/as toda mi humilde experiencia. Espero que esta andadura perdure en el tiempo y, que pueda mostraros todas mis inquietudes culinarias. Agradeceré todas vuestras visitas. Espero que sea útil y, cualquier pregunta o duda la contestaré encantado, siempre con el máximo respeto. Si tienes algo que enseñar y lo quieras compartir, también podrás hacerlo. Por último, daros un consejo y es que; para mí hay tres reglas sagradas que nunca debemos olvidarlas bajo ningún concepto y son: LIMPIEZA, ORGANIZACION, Y AMOR POR LA COCINA.
