Cocinar desde el sentimiento

Ajo Serrano

Escrito por Cocinar desde el sentimiento el miércoles, 29 de julio de 2015 | 13:18:00


INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:

De 40 a 50 gramos de chorizo en rodajas no muy gruesas
De 40 a 50 gramos de morcilla en rodajas no muy gruesas
De 40 a 50 gramos de relleno en rodajas no muy gruesas
3 o 4 patatas al corte panadera y fritas pero no del todo
De 180 a 225 gramos aproximadamente de migas de pan de varios días
5 gramos de pimentón dulce molido
3 gramos de cominos molidos
Medio litro aproximadamente de agua
Aceite
Sal


ELABORACIÓN

Ponemos un buen chorreón de aceite a calentar en una sartén  y cuando este caliente freímos las patatas y reservamos. A continuación vamos friendo los embutidos por el orden que se quiera. A mí personalmente me enseñaron por este orden; primero, el chorizo, después el relleno (embutido autóctono poceño), y por último, la morcilla porque es el embutido más tierno y se deshace más que los otros embutidos. Una vez terminado los embutidos, en ese mismo aceite echamos el pimentón con el fuego vivo y mareamos un momento para que no se nos queme. Añadimos el agua, las patatas, los embutidos, el pan desmigado y dejamos un par de minutos a fuego lento y añadimos los cominos molidos en el último momento.
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Este es un plato o una receta casi perdida o está en el olvido porque entre otras cosas hoy día no se elabora por su contenido en grasa. Antaño se elaboraba esta comida por la gente que trabajaba en la sierra haciendo carbón y extrayendo del corazón de la madera del pino la (TEA), que la metían en la peguera para conseguir el alquitrán. También era conocido este plato por los pastores y los que vivían de forma permanente en la sierra. Los embutidos los freían en abundante aceite y lo conservaban, junto con el aceite de freír y con los embutidos en una orza de barro, que a la vez sellaban con yeso la tapa, para hacer el sellado de la conserva.

Lo mismo pasaba con el pan, que se elaboraba en las casas o en los cortijos haciendo una "horneá" completa, ósea que se llenaba el horno de panes para tener pan para 10 o 12 días mínimo, de ahí el nombre del pan ("SENTAO") . Esto se hacía con la intención de tener víveres para toda la temporada estival, ya que era cuando subían a la sierra de mayo a octubre. Iban con sus bestias o animales, como era el borrico, el mulo, cabras y gallinas. Yo conozco esta receta porque mi familia paterna "los Cantareros", que remanecían  de la sierra y vivían de la sierra en completa armonía con el medio ambiente. Estoy completamente seguro que esta receta es desconocida por mucha gente menor de 50 años y tengo que decir que es una exquisitez. He aquí mi humilde homenaje a este plato y a toda aquella gente humilde, solidaria, luchadora y conservadora del medio ambiente que nos dejó su legado. Primero dejando la sierra tal y como se la encontraron, y segundo, gastronómicamente hablando, una receta muy rica e interesante por descubrir.  


     





















GL

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