Migas de pan, con sandia y melocotón

INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:

400 Gramos aproximadamente de pan duro de tres o cuatro días (preferiblemente utilizar pan casero)

35 Gramos de chorizo cortado a rodajas

35 Gramos de tocino veteado cortado fino

4 dientes de ajos enteros con la piel

Medio vaso de agua aproximadamente

Aceite

(OPCIONAL):

Pimiento verde frito

Sandia

Melocotón

ELABORACIÓN

En un cuenco o recipiente un poco profundo vamos echando el pan, cortado fino con la intención de empapar el pan, pero sin mojarlo demasiado, ya que obtendríamos una masa y difícilmente se haría migas de pan. A continuación echamos un buen chorreón de aceite en la sartén, pero sin pasarse, ya que si nos pasáramos saldrían muy aceitosas. Cuando coja temperatura el aceite, echamos los dientes de ajos, el tocino y mareamos un poquito. Ponemos el pimiento verde, abierto por el centro, para que se fría antes y lo freímos un poco más. Echamos el chorizo dejándolo un par minutos más, lo sacamos todo y lo reservamos en un plato con papel de cocina para que absorba bien el aceite. Seguidamente en el mismo aceite y, sin parar el fuego, echamos el pan escurrido de toda agua que tuviera y vamos mezclando y moviendo el pan de abajo a arriba. Esta operación puede durar entre 8 o 10 minutos aproximadamente. El punto de estas migas es que han de quedar desmenuzadas.

Transcurrido el tiempo y las migas estén listas, echamos el chorizo, el tocino, los dientes de ajos, que teníamos reservados, y el pimiento verde (si has decido ponerle). Se mezcla todo un poquito y ¡ya están listas las migas de pan!. Hay quien acompaña estas y otras migas con melón, granada, uvas o pepino. Yo, por darle otro toque y otro sabor, las acompaño con pimiento verde, sandía y melocotón. En alguna ocasión también las probé con chocolate y queso. Ahí lo dejo para los que les gusta mezclar alimentos y sabores.

Antaño, la comida se aprovechaba todo lo que se podía, y la gente no tiraba nada de comida. Estas migas antiguamente se hacían con los "coscorrones", es decir, con el pan sobrante y éste, se guardaba en la alacena o la canasta del pan que, normalmente colgaba del techo para que los ratones no pudieran dar con el pan tan escaso y apreciado por aquellas gentes. Además, si escaseaba el aceite añadían un poco más de tocino, que muchas de las veces era tocino rancio, ya que así obtenían más grasa para elaborar este plato. Hoy día, es un plato que no se suele elaborar muy a menudo y, es porque, entre otras cosas, el pan ya no es lo mismo que el que había antiguamente. Pero aun así, se pueden elaborar si se utiliza el mejor pan que se pueda encontrar y, por supuesto poniéndole el alma y el corazón a la hora de cocinar porque, cocinar es un arte recibiendo el premio o la recompensa al instante.