INGREDIENTES:
1 litro de leche.
5 o 6 cucharadas soperas de azúcar.
5 cucharadas bien llenas de maizena.
Un trozo de canela en rama.
Una piel de limón.
Harina de trigo.
Pan rallado.
2 huevos batidos.
Aceite de oliva virgen o aceite de girasol.
Una pizca de mantequilla pomada.
Mezcla compuesta de azúcar y canela molida para espolvorear
la leche frita una vez terminada.
ELABORACIÓN:
Ponemos en un cazo la leche que puede ser entera, semi o
desnatada, en este caso yo he utilizado semidesnatada. Reservaremos un vaso
grande de leche para diluir la maicena cuando lo requiera la receta. Echaremos la piel del limón, la canela y la
azúcar dejando que rompa a hervir. Mientras tanto untaremos con mantequilla el
cacharro donde vayamos a poner la leche una vez terminada y diluiremos la
maicena para cuando empiece a hervir la
leche echarla, retirando primero la piel del limón y la canela. Este paso
tenemos que tener cuidado de que no se nos pegue en el fondo, por eso, es
conveniente no dejar de remover y bajaremos el fuego cociendo entre 6 o 7
minutos. Pasado este tiempo la verteremos en el cacharro que teníamos untado
con mantequilla e intentando que no pase de un grosor de 1 dedo máximo 2,
aunque a mi personalmente me gusta algo más gruesa. Extendemos bien por encima
con una espátula y dejamos que se enfríe por completo entre 2 y 3 horas.
Una vez este fría la leche, la cortamos en porciones no muy
grandes y vamos pasando primero por harina, huevo batido y por último por el
pan rallado. Yo normalmente utilizo aceite de oliva virgen para freír la leche,
pero si a ti te gusta mas otro tipo de aceite utilízalo. También te aconsejo
que el aceite no este super caliente cuando vayas a freírla. Cuando este frita
por ambos lados la ponemos sobre papel para que absorba el aceite restante y ya
tenemos terminada la leche frita.No te olvides de espolvorear la leche con la mezcla de azúcar y canela molida en el momento de servirla.
Este postre me trae recuerdos de mi infancia estando el
cortijo de mis abuelos paternos, ya que mi abuela lo preparaba a menudo. Unas
veces nos servía la leche frita sola, otras con chocolate caliente o con
mermeladas que ella elaboraba sin prisas, con mucho cariño, poniendo el corazón
y con los cinco sentidos en lo que hacía a cada momento. Una de las mermeladas
que más utilizaba para este postre, era la mermelada de fresa, porque crecían
sobre el lecho de la acequia que durante todo el año corría el agua fría y
cristalina.Eran unas fresas muy dulces pero pequeñas, siendo autóctonas de
lugar, que por desgracia han desaparecido, creo que para siempre.
MERMELADA DE FRESA
400 gramos de fresas lavadas y limpias.
300 gramos de azúcar.
Un trozo de canela en rama.
Un vaso de agua no muy lleno.
ELABORACIÓN:
En un cazo echamos las fresas cortadas a groso modo, el agua
y el azúcar, dejando cocer entre 8 a 10 minutos. Si no quieres que te coja
color el azúcar echa la en frío como lo echo yo. Una vez estén tiernas las
sacamos y escurrimos bien, para seguidamente pasar le el túrmix, tiene que
quedar con una textura suave. Con el caldo o el jarabe restante lo puedes
utilizar para ensaladas de frutas, para emborrachar un bizcocho con o sin
alcohol. Si no quieres demasiado caldo pon menos agua.
Mi abuela alternaba el caldo a modo de sopa dulce acompañada de la leche frita o nos servía la mermelada. Tengo que aclarar que esta
elaboración esta entre una compota y una
mermelada. Yo la muestro tal cual la elaboraba mi abuela, pudiendo sé saborear
caliente, templado o frío, al gusto del consumidor. Os dejo varias maneras de presentarlas como idea.
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